Monday, May 22, 2006

SOBRE LOS CAMBIOS

Con la Maquita, hace muy poco hicimos un giro radical en nuestra forma de vivir. Entendimos que muchas veces nos dejamos llevar por aquellos códigos sociales a granel, por símbolos de éxitos que conducen a nada, por estándares de vida que te envuelven en el diario vivir.

Es extraño, porque comprendimos que los cambios no siempre deben ser para “el adelante” que nos imponen, mucho mejor es llegar a entender cuál es “nuestro adelante”. Así, nos mudamos a un departamento más pequeño, volvimos a ser peatones y nos cambiamos a trabajos que nos permitieran concretar el objetivo de vida que nos propusimos. ¡Todo para mejor!, -aunque lo contrario se pudiera pensar-. Es que hoy nos sentimos libres, con el camino despejado, con la batalla controlada, sabemos hacia donde vamos y eso lo valoramos más que lo material.

Siempre he sentido que los cambios son eso, quiebres en el estado de las cosas, despabilamientos del status quo, encuentros con la fortaleza interna para remendar los rumbos. No sé porqué no aplicamos este sentido de cambio en nuestros países, tal parece que la cómoda rutina nos subsume en la vorágine de lo inmediato, en la construcción de una sociedad miope sin mayor ambición que la del presente.

No obstante, el cambio de las cosas parte en uno, y yo sé que muchos de ustedes ya lo han aplicado. Hoy me sumo a quienes lo han hecho, soy parte de ese selecto club que valora las emociones, la calidez humana, las sonrisas y los abrazos. Soy parte de quienes han comenzado la verdadera revolución de lo humano. Por ello, le agradezco a mi familia por el apoyo, a mis amigotes por el ejemplo, a mis amigos del barrio blogero por sus experiencias. Todos y cada uno ha pavimentado mi camino y me comprometo a llegar donde debo llegar.

Yuriflame

PD: Lo escribí de corrido para que aflorara mi sentimiento…perdón por las incongruencias.

Wednesday, May 03, 2006

Artículo 8: El Inquilino y el Chileno Actual


Como casi un ritual, al menos una vez a la semana nos juntamos con mi buen amigo Juan Carlos a desordenar Chile. No importando la ocasión, nuestras conversaciones en torno a una buena cerveza, se transforman en una catarsis crítica, en el que cada uno intenta concebir el país desde su propio mapa de vida. Ciertamente que lo paso bien en estos encuentros, porque al ser mucho más escéptico que yo, “el ciudadano” Juan Carlos (como un grupo de amigotes y amigotas nos autodenominamos a propósito de la antigua “Sociedad de la Igualdad”), tiende a observar los fenómenos sociales desde los tropiezos del pasado y la incapacidad de nuestro país para aprehender y no repetir los errores. Así, uno de esos días de junta -y después de destrozar cada uno de los personajes de la farándula criolla-, nuestra conversación derivó en quizá uno de los temas más reflexionados de los últimos años: ¿Quién es y a qué responde el chileno actual?

Precisamente, yo era uno de los que frecuentemente se preguntaba sobre este punto. Ciertamente que las respuestas que encontré en diarios, libros, artículos y conversaciones, dieron para mucho. Por ejemplo, no pocos son los que resaltan “hitos” de nuestra sociedad para explicar tendencias, comportamientos y hasta gustos de los chilenos. De esta forma, muchos pensadores -y otros no tanto-, han ido marcando ciertos puntos de inflexión dentro de la corta historia chilena, que permitirían comprender en alguna medida las formas de esta sociedad. Desde variables con asidero como la escisión Iglesia - Estado o el movimiento de clases, hasta estúpidas maneras de marcar “momentos” a través de los contemporáneos “antes de…” y “después de…”, fueron llenando sin satisfacer, mi búsqueda sobre quién es el chileno en la actualidad.

Por eso recurrí a la conversación con el “ciudadano”. Sabía que su historia campechana y sus galones como Doctor en Historia, me podrían dar una interesante visión sobre este cuestionamiento. ¿Que cómo actuamos? ¿Que cómo somos?...¡¡¡Como Inquilinos po’ Torito!!!... “No hay nada que represente más al chileno actual que el siempre bien ponderado inquilino”. Y claro que está en lo cierto!. Desde la descendencia eminentemente mestiza hasta nuestra particular forma de actuar, responden a elementos que nos asemejan al inquilino del siglo XIX.

En efecto, al igual que este personaje, el chileno actual sabe que todo responde a un intercambio desigual. Los designios del hacendado, y hoy, las medidas de las empresas y autoridades, generalmente fueron y han sido acatadas con refunfuños guturales que sólo nuestros propios oídos pueden escuchar. Sin embargo, como antes, esta pasividad en la protesta se suple con el ingenio. Tanto el inquilino como el chileno actual, han sabido burlar brillantemente el sistema para conseguir los objetivos que se proponen. Entienden claramente que los “cánones” que son pedidos bordean lo ridículo y privativo, empero dejan que se haga, dejan que el patroncito se vaya con la sensación que consiguió lo que quería, con la sensación que es tan fácil persuadir al ignorante inquilino sin el mayor esfuerzo. Es que ellos tienen la claridad que el sabor a dominación es el mayor sedante para burlar por el lado el sistema. Así, al igual que antaño cuando esa burla se desarrollaba precisamente sobre lo “cánones” cobrados por el hacendado, hoy no es difícil observar formas de eludir lo original, de engañar los formatos de cobro y de conseguir lo mismo pero a otras condiciones.

Sin duda es una buena mirada de Chile, pero si es así, nos entrega una alarma sobre como estamos desarrollando nuestra sociedad, tal cual los inquilinos, los chilenos de hogaño poseemos permanentemente la sensación de desarraigo de la tierra y del entorno, la excesiva propiedad privada nos acorrala y la incapacidad de dar un salto cualitativo nos está achatando.