Artículo 5: Ciudadanos…¿y cómo?

¿Y cómo Sergio?...Me preguntó un sobrino de ocho años cuando Michelle Bachelet anunció que su gobierno sería “ciudadano”. Ciertamente se trataba de una pregunta lógica, pura, inteligente, de esas que sólo puede hacer un niño con su inocente sabiduría, la misma que se nos disluye cuando comprendemos el mundo ...¡Es que ahora la gente va a poder participar más!... Le respondí en mi perplejidad, sabiendo que lo dicho había quedado ahí, con el sabor amargo de una respuesta insatisfactoria ...Ah...mmm... ...Has visto como paso esta etapa?.. me dijo cambiando el tema ...La verdad es que no...no entiendo mucho ese juego... Así, frustrados seguimos nuestras rutinas, él jugando en su computador, yo mirando la televisión, es que es tan difícil saber como podremos participar, tan difícil entender cómo seremos más ciudadanos.

En efecto, históricamente Chile ha sido un país en el que las decisiones son tomadas por unos pocos. Un estado elitario y fuerte, modelador de la sociedad, es el que ha prevalecido durante toda nuestra historia republicana. No tenemos mayor incidencia que la del voto, quizá porque no nos interesa mayormente, quizá porque no sabemos más. Es que para nosotros –tal como para mi sobrino- esos conceptos son fugases y efímeros, no entendemos de ciudadanía y de participación porque nada se entiende si no se practica. Por eso, confiamos en los anuncios sin cuestionamientos, como algo automático, sin jamás preguntarnos un punto clave: ¿Y cómo?

Bueno, a pesar de que encontramos muchas formas de participación, existen instrumentos claves para generar una ciudadanía activa e incidir directamente en las decisiones del Estado. Se trata de los Mecanismos de Democracia Directa (MDD). En Chile, estos mecanismos son inexistentes y la voluntad en adoptarlos es nula. Ya los anteriores gobiernos lo han desechado a pesar que con cornus, tuba y buccina anunciaron mayor participación. Es que en materia de sociedad civil, nada se institucionaliza, todo es un compromiso de voluntades que debe ser renovado al mínimo cambio de autoridad.

Dentro de los MDD que provienen de la población (desde abajo) se encuentran los referéndums, las revocatorias y las iniciativas populares. En Latinoamérica y también buena parte de Europa, estos mecanismos están fuertemente institucionalizados. En el caso de nuestro continente no son pocos los países que los han adoptado. En Uruguay, por ejemplo, el referéndum (reactivo) y la iniciativa popular (proactivo) están contemplados por la Constitución, estableciendo cierta capacidad de firmas (25% y 10% del padrón electoral respectivamente) para que se puedan sujetar a tramitación y la posterior votación popular. Brasil y Argentina, de igual manera acompañan en su Constitución la iniciativa popular. Con la firma del 1% y el 1,5% del padrón electoral, la población puede colocar dentro de la agenda legislativa, temas que les sean afines y obligar a que las autoridades requieran el pronunciamiento de la ciudadanía. En tanto, Colombia, Ecuador y Perú, también poseen MDD desde abajo, las constituciones y reglamentaciones institucionalizan fuertemente la participación a través de los tres mecanismos antes mencionados. Lo más destacable, es que en la mayor parte de estos países la experiencia ha sido exitosa a pesar de las falencias institucionales que estas naciones puedan llegar a presentar.

Al igual que Mexico, República Dominicana y El Salvador (países que no poseen MDD), Chile debe establecer un largo debate sobre su democracia. Aparte de las elecciones, nuestra única forma de participar es a través de un restringido plebiscito que ya ni siquiera se aplica para las reformas constitucionales. Es tiempo que el gobierno ciudadano tome en cuenta esta situación. Si no, seguiremos atrapados en la grilla pensando que el conseguir la democracia, sólo se trató de un fin y no un punto de partida.

Sergio Toro Maureira

Ver también blog de Jorge Gómez Arismendi: Democracia moderna, sin participación sin soberanía popular.