Wednesday, April 12, 2006

Artículo 7: El cleavage autoritarismo/democracia ¿Continúa?


No cabe duda que una de las teorías explicativas más emblemáticas sobre la estructuración de los partidos y el ordenamiento electoral de una sociedad, la desarrollan Lipset y Rokkan (1967) a través de las llamadas “líneas críticas de ruptura” o “cleavage”. Para ellos, los conflictos generados por el surgimiento de los estados nacionales y la revolución industrial, encontraron su fuerza en cuatro ejes que históricamente han funcionando como agentes de conflictos e instrumentos de integración política. A saber: “centro - periferia”, “urbano - rural”, “clase” y “religión”.


En Chile, la latencia de algunos de estos ejes fueron reconocidos por Samuel Valenzuela (1995). En su ensayo “Orígenes y Transformaciones del Sistema de Partidos en Chile”, el autor determinó que el sistema de partidos se pudo conformar gracias a dos rupturas ideológicas y programáticas: la “clerical–anticlerical” y “derecha-izquierda”. En efecto, la superposición en sus extremos y los enfoques moderados o centristas de estas escisiones, fueron las que estructuraron el campo político del país a partir del siglo XIX. De igual manera, Valenzuela señalaba que, aunque no hayan sido poseedoras de la misma importancia e identidad con el correr del tiempo, estas dos fisuras lograron mantener intacta su latencia y acervo histórico. Su fundamento se enfocó en que las sub-culturas nacionales continuaron produciendo nuevas sensibilidades frente a los acontecimientos, generándose una inercia político institucional que se mantuvo constante hasta nuestros días.De esta forma, a pesar de que luego del régimen militar se instituyó un cuadro eleccionario bipolar, esto no implicó que las dos fisuras generativas llegaran a desaparecer con el nuevo escenario.


Diferente opinión sostuvieron Eugenio Tironi y Felipe Agüero (1999). Para ellos el sistema de partidos chileno sufrió un cambio sustancial luego del retorno a la democracia, ya que en el entorno político de la época comenzaba a vislumbrarse la aparición de una nuevo “cleavage” provocado por los partidarios y opositores al régimen militar. Se trataba del surgimiento de un “nuevo paisaje político chileno” dominado por la aparición de la polaridad “autoritarismo-democracia”. De esta forma, el régimen militar lograba determinar una nueva conformación política de referencia, construyendo marcos comunes y profundas relaciones de afinidad y lealtad que tomaron cuerpo en el plebiscito de 1988, donde se decidió “Sí” o “No” respecto a la continuidad del régimen. De igual manera, el resurgimiento de la contienda electoral implicó que estas instituciones decidieran aglutinarse en dos coaliciones cuyo sentido era, por un lado, mantener el régimen militar y, por el otro, volver a un sistema democrático de representación popular. Con ello, Tironi y Agüero sostuvieron que la realineación y reconfiguración del sistema de partidos chileno en el eje “autoritarismo-democracia”, debió integrar las antiguas dimensiones y superponerse a los quiebres históricos de carácter religioso y social.

Es en este marco donde se sustenta la pregunta del presente trabajo. A pesar de su relevancia, no es claro que el eje “autoritarismo-democracia”, pueda ser considerado como un “cleavage” en el estricto sentido metodológico y que las discontinuidades del autoritarismo provocaran un reordenamiento de las tendencias políticas en dos grandes bloques. Menos aún, se podría afirmar que el electorado haya subsumido sus escisiones históricas ante las nuevas reglas del juego electoral. Tal parece que a pesar de existir una modificación en la competencia, se trataría sólo de “divisiones meramente políticas que crean alineamientos y realineamientos partidarios”. Por tanto, si observamos las características del sistema político chileno, nos percatamos que a pesar de que en cierta época convivieron más de 18 partidos con representación en el Congreso (1953), siempre ha existido una constante de 5 o 7 de estas instituciones, que son las protagonistas del juego político dentro de cada ciclo electoral, manteniéndose incluso a lo largo de la era postautoritaria. En general, su comportamiento es en torno a tres tendencias bien marcadas (Izquierda, Centro y Derecha), y a pesar de que las competencias han variado a través de los años, en contiendas bipolares, tripolares o multipolares, no existe evidencia que electorado chileno se haya organizado de manera distinta con el nuevo sistema electoral.

Con esto, es relevante concluir que las tendencias políticas presentes hasta antes de 1973, lograron sobrevivir y proyectarse hasta nuestros días. No obstante, es claro que después del régimen militar, los partidos y sus dirigencias han absorbido con absoluta legitimidad el sistema electoral y las reglas de competencia partidaria, viéndose enfrentadas a un proceso desideologización y de búsqueda de consensos. Asimismo, muchos autores sugieren que independiente de los cleavage, existen actitudes políticas que surgen producto de tendencias globales que son absorbidas y adoptadas por el país. De esto se hace cargo Alan Angell, señalando que los cambios en el concierto mundial han ido determinando la nueva actitud de los partidos políticos. Por ejemplo, la decadencia de las ideologías dentro del sistema partidario es producto de la caída del Comunismo como sistema social, dejándolo como una tendencia alternativa con bajo apoyo electoral en la mayor parte de los países.

De la misma manera, Angell sostiene la existencia de un cambio en la actitud de la fuerza electoral producto de una mayor y mejor educación del electorado y su capacidad de recibir y codificar información. Para él, esto provoca que la ciudadanía tenga una postura más evaluadora respecto la “performance” de cada partido, y vote de acuerdo al diagnóstico hecho sobre sus propuestas y acciones. Finalmente, el autor toma en cuenta la irrupción de los medios de comunicación y la profesionalización de los métodos para llegar al electorado. Los focus groups en la política actual son determinantes y necesarios, los mass media irrumpen en la cotidianeidad de los partidos y sus líderes o candidatos buscan una mayor figuración que su propia institución.

Lo cierto es que en nuestro país, las tendencias electorales responden a otros mecanismos distintos a la fisura “autoritarismo-democracia” surgida producto de la competencia bipolar que el sistema electoral propugna. Es claro que esta escisión es momentánea y que no es imposible que se puedan generar readecuaciones a lo largo del tiempo. Eso es lo que diferencia a esta dicotomía con las señaladas por Valenzuela. La perdurabilidad y el arraigo en la sociedad, no es lo que caracteriza a la fractura mencionada por Tironi y Agüero, es más, siempre está en constante cuestionamiento.

Sergio Toro

12 Comments:

At 8:19 AM, Blogger Marcel Pommiez said...

Con este posteo, te ganaste un lugar en los destacados de esta semana!!!


Saludos

 
At 3:03 PM, Blogger Unknown said...

Muy bueno el blog , lo comentaré en consultajuridica.blogspot.com saludos Rodrigo González Fernández

 
At 7:28 PM, Blogger Javier Bazán Aguirre said...

Está pasado de moda esta dicotomía. Más bien se invirtió. Ni siquiera los que apoyaron la dictadura eran 'autoritarios' como si socialismo (cristiano o laico fuese libertario o liberal). Se les olvida que la democracia liberal de occidente se sustenta, en que la mayoría puede ser minoría y minoría llegue ser mayoría. Un axioma básico de la democracia liberal.Parace que quienes abogan por la dicotomía autoritarismo y democracia, quisieran volver a la democracia griega. En esta última la mayoría aplasta la mayoría, e incluso sacrifica la libertad.
Además, aquellos que llamam 'autoritarios' fueron los que redujeron el tamaño del estado. Aquellos que liberalizaron la sociedad. Entonces ¿Cómo se les puede etiquetar de 'autoritarios'? Te recuerdo que hasta el 70, el Estado manejaba el 70% del PGB.Y la UP quiso todo el PGB al Estado, hasta el último kiosko.Y aquellos que en lo que quedaba de democracia (1970-1973) querían que todos los medios de producción estuviesen en manos del estado. Por tanto, esa apreciación autoritarimo y democracia sólo es un modo de desprestigar a los adversarios políticos y quitarle legítimidad.
Como decía antes, esa dicotomía se invirtió. Los autoritarios está en la Concertación, que aún creen que el Estado trae progreso. Cuando el progreso lo traen las personas.Venezuela tiene 22 ministerios y en Chile tenemos 20. ¡Qué más autoritario que el estado y la burocracia! ¡Pobre del mortal que cuestione el Estado! Si el Estado no les paga a los proveedores, como en la salud, a los defensores del Estado no les importa. Y pobre del tipo que se atrase, le llega todo el peso del Estado. Los autoritarios están en la Concertación que han aumentado el tamaño del Estado, imponiendo regulaciones que ahogan y que suben los impuestos.

 
At 7:29 PM, Blogger Javier Bazán Aguirre said...

El socialismo ya sea cristiano, laico o militar es por definición autoritario

 
At 12:22 AM, Blogger Raphaela said...

SÍ, SIEMPRE SE ESTÁ EN CONSTANTE CUESTIONAMIENTO...
Hablé de este tema, en una clase X,
dí mi parecer al respecto,
Y fuí expulsada de la clase
¿te parece democrático este comportamiento?...

 
At 9:42 AM, Blogger yuriflame said...

Gracias por escribir:

MARCEL: Se agradece la deferencia.

RODRIGO: He ingresado a tu blog y me parece interesante...suerte!

JAVIER: La dicotomía nunca la he creido...creo más en Valenzuela que nos dice que Chile hace tiempo fundó sus fisuras y sobre esas se mueven los partidos. Gracias por el comentario.

RAPHAELA: El problema es que si a la mayoría no le gustó tu comentario...es democrático... y si la mayoría escondió la cabeza es sólo juego de fuerzas...Desde mi punto de vista debemos siempre mirar la democracia como al mar...La disfrutas pero puede ser muy peligrosa...

GRACIAS A TODOS

 
At 7:43 PM, Blogger Jorge A. Gómez Arismendi said...

El clivage dictadura democracia, parece siempre estar latente.
Esto se debe a que la democracia fue esencialmente concebida como un instrumento para salir de las dictaduras, y no como un fin último.
De hecho, la democratización consideró 3 vías en América Latina, las llamadas fundaciones(centroamérica), las transiciones (Chile, Argentina)y las reformas (Uruguay).
Podríamos decir que estos procesos produjeron encisiones generativas, que de alguna u otra forma mantuvieron los clivages autoritarios- ya sean de orden institucional, ético-simbólico, actoral o cultural- que siguen operando.
Es decir, el defícit democrático, se produce por la naturaleza de las transiciones o la naturaleza de las democracias impuestas.
La democracia no puede resolver ni ha podido resolver problemas que el regimen político no resuelve. Sólo resuelve el quién y el cómo, no el qué.
Saludos amigo.

 
At 7:48 PM, Blogger Jorge A. Gómez Arismendi said...

A algunos comentaristas, esto no tienen mucha relación con aspectos ideológicos, la dictadura, entendida como la toma del control de un todo por parte de una minoría o grupo determinado, es una latente, tanto en idelógias de orden "derechista" como las de orden "izquierdista". Hemos tenido dictaduras de ambos tipos, pero lo que es claro, y concreto, -sin considerar lo que pudo pasar- es que en América Latina las se impusierona fueron o eran de derecha o estaban apoyadas por dichos sectores. La única que rompió ese esquema fue la peruana.

 
At 9:13 AM, Blogger Javier Bazán Aguirre said...

Se te olvidó la dictadura de Fidel Castro, que de todas la dictadura más cruel que ha tenido América Latina.
¿Es raro que nunca los intelectuales de izquierda nunca hablen de la dictadura de Castro? ¿Será para blanquearse, después de todo la apoyaron en los 60, 70, 80, algunos en los 90 y todavía en el 2000?
Se te olvida, también, las dictaduras de izquierda como la del general Velasco en Perú y las que hubo en la década del 30.

 
At 10:25 AM, Blogger Jorge A. Gómez Arismendi said...

This comment has been removed by a blog administrator.

 
At 10:25 AM, Blogger Jorge A. Gómez Arismendi said...

Para Javier Bazán: ¿sabes por qué no la considere? porque aún sigue Castro en el poder, no existe transición, ni ningún proceso como en el resto de Latinoamérica. Y el tema del texto hablaba de los procesos de democratización y los clivages autoritarios. Cuba no calzaba en la muestra, ni para el estudio.

 
At 3:08 AM, Anonymous Anonymous said...

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